Muy
buenas a todos y bienvenidos a esta entrada en la que hablaré acerca
de uno de los creepypastas más conocidos en el mundo de los
videojuegos, o eso creo. En relación al videojuego de Majora's Mask,
la leyenda del “cartucho maldito” ha tenido controversia durante
muchos años y aún hoy en día estaría muy valorado por los
coleccionistas. Personalmente, no querría tener un videogame así en
mi biblioteca jugable.
Todo
comenzó cuando a un joven sin mucho dinero le regalaron un Nintendo
64. El joven, que quería juegos pero no tenía la billetera gorda,
decidió que una buena opción era comprar cartuchos usados. Y estaba
de suerte porque justo al día siguiente de que le regalaran la
consola, un anciano abrió una venta de garaje en la cual,
entre muebles,
lámparas, utensilios de carpintería y otros objetos innecesarios,
gritaba su presencia un pequeño cartucho de Majora’s Mask (un
juego de la saga The Legend of Zelda).
En
cuanto al viejo que vendía el juego…bueno, digamos que su
apariencia no le inspiraba demasiada confianza al muchacho: había
algo un tanto raro y siniestro en su rostro, en algunos de sus gestos
y sobretodo
en la mirada perdida en el infinito de sus pequeños ojos negros… A
pesar de eso, después de preguntar si funcionaba el chico se
arriesgó a comprarle el viejo cartucho —ya un poco desgastado,
negro y con el nombre “Majora”
escrito con marcador rojo-sangre
permanente— al anciano. No le preocupó la rara apariencia del
juego: pensó que aquello se debía a excentricidades de su antiguo
dueño que… ¿quién sabe?… a lo mejor era uno de esos góticos
extravagantes… Así, el chico se lleva el cartucho sin
sospechar que aquello sería el inicio de
una larga pesadilla.
Mas
lo peor de todo vino cuando el juego se reseteó solo y creó
un archivo llamado “Drowned” (‘ahogado’ en español).
Fue allí que Skull Kid (el antagonista principal del juego) se le
empezó a aparecer todo el tiempo, asesinándolo de forma instantánea
cada vez que aparecía; fue a partir de eso que Link empezó a
aparecer contorsionado en posiciones igual o más demoníacas que las
que salen en el film El Exorcista. Incluso Link llegó a aparecer de
forma tétrica como un zora que moría ahogado (cuando los zoras
pueden respirar bajo el agua…).
Todo
lo anterior resultó perturbador y a veces aterrador para el chico
que adquirió aquel maldito cartucho. Pensó en dejarlo, quiso
dejarlo pero no pudo porque la curiosidad y la fascinación lo
anclaban ante aquellas visiones siniestras que desfilaban por la
pantalla. Disfrutaba y a la vez sentía la angustia de la
perturbación viendo como el nombre de “Ben” volvía
una y otra vez junto a Skull Kid que, entre horrendas risas de fondo
y música invertida, lo asesinaba sin piedad.
“Afortunadamente”
el chico llegó a un punto en que ya no aguantó más y decidió ir a
ver al anciano para que le diga quién era ese tal Ben. Pero el viejo
no estaba, había desaparecido junto a las respuestas que de él
podía obtener. Desesperado, fue a averiguar entre los vecinos a ver
si alguien sabía dónde había ido el viejo y si en efecto vivía
donde él creía que vivía. Y sí, vivía en la casa del garaje y,
según le dijeron, era un tipo muy raro y algo ermitaño,
un hombre al
que rara vez se lo veía pues casi nunca salía de casa.
Desgraciadamente había salido justo cuando él lo había ido a
buscar pero, lejos de esperar a que vuelva, se dejó llevar por la
ansiedad y preguntó por Ben. La respuesta que recibió le heló la
médula: le dijeron que Ben era un muchacho que vivía en la casa en
que ahora vive el anciano y que, hace ocho años,
Ben tuvo un horrible accidente en
el que murió... ahogado.
Se
dice que el chico de la histori aún vive con el
temor en la sangre, que nunca más volvió a jugar Majora’s Mask,
que tiene miedo de meterse al mar, que a veces sueña con que Skull
Kid lo asesina y que vendió el cartucho a alguien que pidió
reservar su identidad en secreto…Vaya Dios a saber quién será el
portador del cartucho maldito y cuántos locos (incluyendo el que les
ha contado la historia) darían una buena cantidad de dinero por el
cartucho negro de las letras rojas.
Fuente: Leyendas Urbanas
¿Qué
os ha parecido? ¿Lo conocíais o aún no? Es curioso que existan
casos como este relacionados con videojuegos como The Legend of
Zelda, aunque bien ha de decirse que si no habéis jugado Majora's,
probadlo y veréis lo oscuro que es.
Y
esto es todo por ahora, comentad para más y nos leemos la próxima.
¡Saludos!
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