El
Kabane gigante que apareció en el episodio 5 es la principal amenaza
para el Koutetsujou en estos momentos. Será imposible circular a
menos que se lo quiten de encima, pero, ¿cuál es el plan ahora?
¿Qué hay de Ikoma y Mumei? Las cosas se complican en este sexto
episodio, ¿serán capaces de solucionar la situación? Las
respuestas a esas preguntas de aquí en adelante:
Comenzamos
con una visión del recuerdo de Mumei durante la invasión Kabane,
flashback que apareció en el anterior episodio y ahora vemos más
ampliado. El caso es que ahora ella está atrapada entre las rocas, e
Ikoma trata de sacarla de ahí empleando varios mecanismos. Ambos
tienen una conversación sobre el fracaso del plan del episodio
anterior y de sus propias debilidades. Ikoma no tiene problemas para
decir que Mumei tuvo la culpa de que las cosas no funcionaran, pero
también reconoce que fue su error abandonar la grúa para salvarla.
Inteligente rectificación aquí; muchos pensamos que su relación no
había sido tan desarrollada como para que Ikoma saliese de su puesto
sin pensárselo para rescatarla. Mientras, él sigue haciendo todo lo
posible para liberarla, pero es inútil. En ese momento en el
Koutetsujou, se barajan estrategias para avanzar por las vías sin
ser atacados por el Kuro Keburi. Deciden arriesgarse e ir por el raíl
que aún está obstaculizado por los escombros.
Descubrimos
que el mayor miedo de Mumei es el de transformarse en Kabane y el de
perder su calidad de ser humano, es decir, de ser dominada por su
lado Kabane. Ikoma reacciona ante su locura saciando su sed de
sangre, ya que él tenía guardada una caña por si la necesitaban
durante el combate. A la gente no le terminó de convencer el como
simplemente le da de beber y no hicieron de esa situación el momento
en el que la relación entre los dos diese un cambio de importancia.
Sinceramente, yo prefiero mil veces la naturalidad con la que fue
tratada la escena, sin necesidad de sacar más dramatismo del diálogo
que mantuvieron sobre los acontecimientos sucedidos. Habrá momentos
más idóneos próximamente donde probablemente veremos como se
afianza ese vínculo que tienen y que ya ha comenzado a ser más
realista después de este episodio.
Después
de mucho intentarlo, Ikoma no consigue liberar a Mumei, y los Kabane
se aproximan. Mientras él pelea con las criaturas, se intercalan
flashback sobre Mumei cuándo era niña. Durante una invasión
Kabane, la gente enloqueció y su madre se sacrificó por ella
anteponiéndose al disparo desesperado de un hombre. Antes de que la
matasen a ella, cierta persona a caballo apareció. Ese es el
“Onii-sama” del que tuvimos conocimiento en el episodio 5,
supuestamente el individuo que recogió a Mumei y se encargó de
entrenarla como asesina de Kabane. Cuándo por fin despierta, los
soldados del Koutetsujou están con ella. ¿Pero qué hay de Ikoma?
Lo encuentra en las proximidades, con varias mordeduras de Kabane por
todo el cuerpo. Por suerte, ellos dos y los soldados consiguen
escapar antes de que el Kuro Keburi (o Yugou Guntai, nombre que le
atribuye Mumei) se abalance sobre ellos. Una vez en el tren, observan
como el monstruo se alimenta de los cadáveres de los Kabane muertos.
Es hora de pensar una nueva estrategia.
Mumei
explica cómo pueden quitarse de en medio a la criatura para poder
avanzar. La idea es utilizar el potente cañón del que dispone el
vehículo para disparar y que su estructura se rompa, quedando el
corazón (núcleo) al aire, momento que deben aprovechar para
finiquitar el asunto. Una vez están todos en sus puestos, se pone en
marcha el plan. Takumi es el encargado de disparar el cañón, pero
el Yugou Guntai avanza tan rápido que aprieta el gatillo antes de
tiempo. Con eso no precisamente ganan tiempo, y los problemas siguen:
Yukina no puede liberar presión porque hay algo obstruyendo el motor
del tren. Sukari se encarga de ello, arriesgándose y yendo hacia la
parte inferior del vehículo para sacarlo. Mientras Ikoma y Kurusu
combaten a los Kabane cuerpo a cuerpo sobre los vagones, Takumi
dispara esta vez con buen timing al corazón del monstruo. Es
entonces cuándo Mumei salta y lo atraviesa, destruyéndolo.
Lo
interesante de todo esto es que cada personaje fue realmente una
pieza esencial para llevar a cabo el plan. Incluso los pasajeros del
tren tuvieron que aportar algo en el intento de evitar que el
vehículo se saliese del carril; esto hizo que se sintiesen como una
unidad, que nadie resultase inútil y que ninguna intervención
estuviese fuera de lugar. Dejando eso a un lado, de nuevo lograron
transmitir la intensidad del momento durante toda la recta final.
What an insert song para la culminación del episodio, por cierto. Y
no hay más, el episodio se termina ahí, con el tren estabilizado y
circulando ¿libre? después de una complicada faena que terminó
bien gracias a la sincronización lograda. Durante todas estas
secuencias pudimos comprobar nuevamente como brilló la animación y
como se hizo un inteligente uso de las diferentes panorámicas para
darle dinamismo y fluidez. Cabe destacar aparte que el Yugou Guntai,
siendo simplemente una agrupación de Kabane en masa, fue bien
diseñado y su puesta en escena causó impacto. En resumen, Kabaneri
mantiene el nivel artístico en la línea de anteriores episodios. Y
en el resto de aspectos, también. ¿Qué más? ¡Ah sí! estoy
contando los fanarts de Yukina que han estado haciendo desde el
jueves, resaltando todos y cada uno de sus músculos. ¿Cuántos
creéis que llevo?
Esto
es todo por ahora, ¿qué opináis de este sexto episodio de
Kabaneri? Comentad vuestras impresiones al respecto, y nos leemos
pronto.
¡Saludos!
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