Mayoiga - Episodio 10

Episodio 10, y es el momento en el que la trama empieza a avanzar hacia algún punto. La gente que está al cargo de Mayoiga por fin ha decidido que debían hacer un episodio respondiendo a las incógnitas que se habían presentado con el paso de las semanas. Fijaos si le han puesto entusiasmo que hasta han decidido traer a Yottsun de vuelta. ¿Realmente pensabais que estaba muerto?

En realidad, yo también lo pensaba. Pero, ¿cómo iba Mayoiga a dejar a todo su cast vivo y coleando, menos a uno? Antes de ver el episodio había visto alguna captura por Twitter de Yottsun de nuevo en pantalla, y en ese momento... mi reacción fue enmarcable. No obstante, Yottsun no ha vuelto para nada. Cuándo Mitsumune despierta, está con su padre, en algún lugar fuera de Nanakimura. Tienen una conversación en la que Mitsumune trata de convencer a su padre para que no se sienta culpable por todo lo ocurrido, pero eso queda en un segundo plano. Alguien parece tener las respuestas que busca Mitsumune, y ese alguien es Yottsun. El rapero le presenta a Kamiyama “Kami-sama”, hombre al que venera por haberle salvado. En verdad es Kamiyama quién conoce los misterios de Nanakimura, así que es hora de que se desvelen.

Kamiyama explica que Mitsumune pudo salir de Nanakimura porque fue capaz de superar a su Nanaki. El Nanaki es la representación de los miedos o traumas que hemos ido observando poseen la gran mayoría de los personajes -la mayor parte de ellos ridículos-. Esto es algo que ya suponíamos, pero que no sabíamos a ciencia cierta con todas las vueltas que ha ido dando Mayoiga. El problema es que la oposición al Nanaki tiene un efecto secundario; Kamiyama fue una de las víctimas. En su caso, tras conseguir superar a su Nanaki, instantáneamente envejeció y por ello su apariencia física es la de un hombre anciano.

Obviamente quedan algunos cabos sueltos, muchos huecos que Mayoiga no se acordará de tapar, pero al menos ya han dado la exposición necesaria para tener claro el funcionamiento de Nanakimura. Aparte de este segmento, cabe mencionar las escenas que involucran a Maimai, Lion, Nanko y como no, Reiji, quién era obviamente quién salvó a las chicas de Jack en el anterior episodio. Bueno, tristemente he de decir que Maimai se sumó a la lista de personajes insoportables de la serie. Se convirtió por momentos en el tipo de persona que más odio hoy en día: aquellas mujeres que ven machismo en cualquier lado y por cualquier razón. No hasta el punto de llamarla feminazi, pero que sólo llamase misógino a Reiji por una cosa puntual ya me pareció despreciable. Lo más fastidioso no es el hecho de que se ponga así por x motivo, es su actitud lo que causa asco, aún si se siente “identificada” con ello. En fin, no es que le tuviera un cariño especial a Maimai, gracias a Dios. Además, duró poco tiempo. Por cierto, Reiji como individuo deja bastante que desear: es otro personaje con una caracterización mala y que resulta generalmente insípido. También podemos ver un flashback del pasado de Lion, pero poco más de importancia.

Por otra parte tenemos a Mikage, siendo ignorado ya por el resto del grupo excepto por Lovepon, quién decide seguirlo. También tenemos a Valkana, que discute con Hayato cuándo se encuentran entre la niebla. Y por último, la revelación final del episodio: Jack y Judgeness trabajan juntos bajo el mando de un superior. Ese superior es su jefa, y se trata ni más ni menos que de Koharun. Realmente Koharun resultó bastante sospechosa en varios momentos a lo largo de los episodios, pero nadie se esperaba este giro argumental. Sin embargo, la escena no fue la gran cosa ya que la ejecución no fue la deseada, además de que a estas alturas no hay nada lo suficientemente interesante que pueda sorprendernos.

Pues esto es todo por ahora. Aprovecho este párrafo para decir que me excuso por mi reciente inactividad, que probablemente se prolongue de forma intermitente hasta finales de la semana próxima. Nada más, ¿qué opináis vosotros de este décimo episodio de Mayoiga? Comentad vuestras impresiones al respecto y nos leemos pronto.

¡Saludos!